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jueves, 20 de marzo de 2014

BORNEO - KALIMANTAN


Llegamos a Borneo al atardecer.


Desde el avión divisábamos kilómetros y kilómetros de selva virgen, ¡ni una carretera!

Borneo es la ísla con mayor biodiversidad de La Tierra.

Nuestro guía nos esperaba en el pequeño aeropuerto de Pangalambun, donde sólo estaba nuestro avión, sujetando un cartel "Mister Ricky, Miss Erika" y nos dio la bienvenida.

Nos acercaron en un coche hasta la entrada del Parque Nacional de Tanjung Puting, donde nuestro "kelotok" y la tripulación ya estaban preparados para zarpar.
El "kelotok" es la forma típica de visitar este parque Nacional y es un barco-habitación, con baño, cocina y cocinera, camarero, guía y capitán. Yo opino que es demasiado pero por lo que me he infomado para acceder al parque es obligatorio ir con un guía, así que pese a que a mí me gusta hacer todo por cuenta propia, no estuvo nada mal e intercambié mucha cultura con nuestro guía musulmán Dadik.



Comenzamos a navegar por el río que separa la densa vegetación tropical. Ya empezaba a sentir la aventura y la libertad que se siente en la selva.




La noche nos deleitó con unos arboles ¡cargados de luciérnagas! nunca ví árboles de Navidad tan bonitos y brillantes, me emocioné. (Borneo visitamos en Navidad entre la Nochebuena y la Nochevieja).
Para dormir se despliega toda la tripulación y se monta la cama con la mosquitera, eso es todo lo que nos separa de la selva, ¡ésto es aventura!




Nos despertamos muy temprano con los primeros rayos de luz y los sonidos de la naturaleza. La cocinera prepara unos desayunos deliciosos, toda la comida que nos sirvieron durante este viaje estuvo buenísima y abundante, a mí me ganan fácil si la comida es buena.


El guía nos ofreció un trekking por la selva, "pero son 3 horas caminando" decía, y nosotros aceptamos sin problemas, después de la caminata por Singapur... ¡3 horas estaba chupado! y él insistía... "pero son 3 horas..." luego hablando con él en confianza supimos por qué tanta insistencia... jajaja
El trekking se hizo divertido más que nada porque caminamos por unas tablas resbaladizas y con el agua a veces cubriendonos los talones ¡plagada de sanguijuelas! Por el camino vimos unas arañas y hormigas gigantes además de una frondosa vegetación. El ambiente es como el de un invernadero, el aire pesaba y a veces me agobié un poco al respirar. El guía nos preguntaba "¿no queréis parar a descansar?" no gracias, no estamos cansados... jajaja pobre guía...













¡Llegó el plato fuerte! La visita al refugio de orangutanes.



¡Wow! ¡Qué animales tan especiales! Los orangutanes viven en libertad en las selvas de Borneo y los cuidadores les proporcionan comida y leche todos los días. Ellos esperan la llamada expectantes desde lo alto de los árboles. A la llamada aparece uno de los machos más grandes y los árboles a nuestro alrededor comienzan a balancearse ¡qué experiencia tan maravillosa! poder estar aquí tan cerca de ellos en la única parte del mundo en la que viven. Las hembras llevan a cuestas a sus crías y es muy emotivo cómo cuidan de sus pequeños. Son tan humanos... sus facciones, sus gestos, su mirada... es un momento inolvidable.




















La ardilla atrevida

Por la tarde cayó un monzón de los gordos y atracamos el barco "para pasar la noche" en medio del río y sin ninguna actividad. Era muy pronto y a mí ya me estaban entrando los mil males por estar allí en medio sin poder hacer nada. Se lo hice saber al guía y pese al enfado del capitán nos movimos unos metros hasta un refugio en el que encontramos diversión con esta cría ¡de cocodrilo! fue un momentazo y aprovechamos para hacer un montón de fotos.


Dormí genial escuchando llover sobre la selva, es un sonido muy relajante.




Al día siguiente después del delicioso desayuno nos esperaban 2 refugios más de orangutanes, y dos veces más nos emocionó verles tan cerca y el balanceo característico de los árboles cuando caminan, tranquilos, de uno a otro.



Visitamos un poblado que nos encantó, en el medio de la selva.

El río está siempre en calma y adquiere varias tonalidades diferentes, desde el marrón al rojo y el negro azabache, dependiendo la sustancia que segreguen los árboles a su paso.

Cuando el río se convirtió en negro es como un verdadero espejo ¡pareciese que fuesemos volando! Incluso da vértigo.
El río está plagado de caimanes pero no es fácil verlos en esta época del año con el río tan caudaloso.



Paramos el kelotok para observar muy de cerca otros animales 100% Borneo, los monos proboscis o monos narigudos. Me resultaron muy simpáticos con esa nariz tan larga que les cuelga y les da un aspecto muy gracioso. Al atardecer todos se colocan en lo alto de los árboles para dormir, no sin antes amenazarse e incluso pegarse, no llegó sangre al río y fue divertido.


Para dormir la última noche elegimos una zona bajo un gran árbol brillante de luciérnagas, algunas más atrevidas se acercaban hasta el interior del kelotok a inspeccionar. Fue increíble, mágico.



Antes de ir al aeropuerto, por la mañana, el guía nos enseñó el pueblo cerca del embarcadero, bueno para el guía también era su primera visita al pueblo y es que nos confesó que ¡odia caminar! jajaja esta gente no entiende por qué los occidentales vamos andando en vez de coger un taxi y es verdad que mirando a nuestro alrededor no había nadie más caminando ¡curioso! ¿verdad? jajaja así que insistía en "¿seguro que queréis andar 3 horas?" jajaja ¡qué risas! ahí lo entendí todo.




Borneo cumplió las más altas expectativas, fue un viaje precioso lleno de aventura.







Dura
nte esta excursión en Borneo hemos visto serpientes nadando en el río, mariposas de colores fosforitos, orangutanes, monos proboscis, macacos, plantas carnívoras, milolnes de luciérnagas, tucánes, ardillas... etc







¡Una excursión de 10!
Y con todas estas nuevas vivencias, volvemos a Bali con una gran sonrisa en la cara.