Llegamos a Chiang Mai al atardecer y nos alojamos en un guest house que yo ya conocía.
Inmediatamente salimos a pasear por el mercado nocturno y hacer una compras para mandar a España y Noruega respectivamente. Ir de
compras agota muchisimo y volvimos a la habitación casi arrastrando los pies.
Madrugamos para enviar ambos paquetes, alquilar mi moto favorita y marchar de excursión ¡a ver y tocar a los tigres!
Ricky estaba un poco asustado de conducir en una ciudad tan grande (claro, el no es de BIlbao) pero pronto empezó a disfrutar y a conducir incluso más rápido que los propios Thais jajaja fue divertido, se nota que tiene sangre vikinga.
Llegamos al Tiger Kingdom y una vez más la suerte estaba de nuestra parte. Poner un pie allí y unos alemanes nos regalaron las entradas para los tigres más grandes. Nos ahorraron 1000 THB, Alemania, gracias.
Primero disfrutamos con los más peques, los bebés, ¡tan bonitos! Tan pequeños y ya imponen respeto, son del tamaño de un perro grande y una fuerza brutal.
Hicimos un alto en el camino para dar de comer a los peces del estanque. Yo sinceramente no sé que le echan a la comida o al agua pero esos peces crecen demasiado ¡y están muy locos!
Finalizamos viendo, acariciando y fotografiando a los más grandes, ¡enormes! y nada de drogados, a ratos te hacían pegar un bote del suelo. Fue una experiencia increíble y tenemos unas fotos super chulas, ¿a que sí? ¡Un 10!
Regresamos a Chiang Mai tragando humo por la polvorienta carretera colapsada de tráfico y miles de motos que portan hasta la familia entera. ¿Cuánto tiempo vive esta gente? Me pregunta Ricky en el camino, no lo sé pero hay demasiada contaminación...
Así ponemos fín al norte de Tailandia desde donde viajaremos hacia el sur. Por comodidad y falta de tiempo reservamos un vuelo a Koh Phangan que hace escala en Bangkok.
Inmediatamente salimos a pasear por el mercado nocturno y hacer una compras para mandar a España y Noruega respectivamente. Ir de
compras agota muchisimo y volvimos a la habitación casi arrastrando los pies.
Madrugamos para enviar ambos paquetes, alquilar mi moto favorita y marchar de excursión ¡a ver y tocar a los tigres!
Ricky estaba un poco asustado de conducir en una ciudad tan grande (claro, el no es de BIlbao) pero pronto empezó a disfrutar y a conducir incluso más rápido que los propios Thais jajaja fue divertido, se nota que tiene sangre vikinga.
Llegamos al Tiger Kingdom y una vez más la suerte estaba de nuestra parte. Poner un pie allí y unos alemanes nos regalaron las entradas para los tigres más grandes. Nos ahorraron 1000 THB, Alemania, gracias.
Primero disfrutamos con los más peques, los bebés, ¡tan bonitos! Tan pequeños y ya imponen respeto, son del tamaño de un perro grande y una fuerza brutal.
Hicimos un alto en el camino para dar de comer a los peces del estanque. Yo sinceramente no sé que le echan a la comida o al agua pero esos peces crecen demasiado ¡y están muy locos!
Finalizamos viendo, acariciando y fotografiando a los más grandes, ¡enormes! y nada de drogados, a ratos te hacían pegar un bote del suelo. Fue una experiencia increíble y tenemos unas fotos super chulas, ¿a que sí? ¡Un 10!
Regresamos a Chiang Mai tragando humo por la polvorienta carretera colapsada de tráfico y miles de motos que portan hasta la familia entera. ¿Cuánto tiempo vive esta gente? Me pregunta Ricky en el camino, no lo sé pero hay demasiada contaminación...
Así ponemos fín al norte de Tailandia desde donde viajaremos hacia el sur. Por comodidad y falta de tiempo reservamos un vuelo a Koh Phangan que hace escala en Bangkok.
Chiang Mai-Bangkok-Surat Thani
y en catamarán a la isla de Koh Phangan
¿Por qué?
¡PORQUE NOS VAMOS A LA FULL MOON PARTY!
¡PORQUE NOS VAMOS A LA FULL MOON PARTY!
No hay comentarios:
Publicar un comentario